sin embargo, aceptémoslo
estamos destinados a encontrarnos aunque no queramos.
a revolver el pasado a diario
a tratar de volvernos infelices uno al otro
tal vez, para ver quien se rinde primero
hacer que el silencio sea una tortura
dejaré pues, mi soledad intacta
hasta un próximo mañana.
Autor: Víctor Orellana
No hay comentarios:
Publicar un comentario