Hablo de tu infinita soledad

 «Si tu bendita soledad 
se funde con la mía 
ya no sabré si soy en vos 
o vos terminás siéndome». 

—Hablo de tu infinita soledad

Ojalá

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan

para que no las puedas convertir en cristal

ojalá que la lluvia deje de ser el milagro que baja por tu cuerpo

ojalá que la luna pueda salir sin ti

ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante

Ojalá que la aurora no de gritos que caigan en mi espalda

la palabra precisa, la sonrisa perfecta

ojalá pase algo que te borre de pronto

una luz cegadora, un disparo de nieve

ojalá por lo menos que me lleve la muerte

para no verte tanto, para no verte siempre

en todos los segundos, en todas las visiones

ojalá que no pueda tocarte ni en canciones

ojalá que tu nombre se le olvide esa voz

ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado

ojalá que el deseo se valla tras de ti

a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

A quien corresponda.

Quizás no sea un sabio, un psicólogo, peor aún tu confidente.

Pero...con gusto lo sería.

Y aunque ahora soy un completo desconocido para ti,

si necesitas un consejo, ayuda o simplemente desahogarte.

Aquí estoy, un perfecto extraño.

Confesiones Nocturnas.

¿Te confieso algo? Cuando te fuiste, yo sí miré hacia atrás.

Pero lo más importante de todo; sobreviví.